sábado, 27 de marzo de 2010

Verguenza ajena

Sustraiak 62 - Caja Laboral Parque 59
Días antes del partido a alguien se le ocurrió que podríamos presentarnos en Trápaga con cascos, para mostrar nuestra desconfianza ante la marrullería del rival. Pero no lo hicimos. Tenía cierta desconfianza por el arbitraje que nos podríamos encontrar allí, pero creí que Sustraiak no volvería a hacer gala de un comportamiento tan antideportivo como en el encuentro de ida. Pensé ingenuamente que no se iba a repetir aquel partido, que en cualquier caso ganamos holgadamente.
Pero mi ingenuidad en un pozo, porque fue incluso peor. En esta ocasión sus marrullerías eran arropadas por su público, y por un dúo arbitral nefasto. En la ida el arbitraje fue espantoso, mas en esta ocasión tal calificativo se queda corto.
La negligencia de uno de los árbitros puede ser excusable dada su juventud, pero la actuación de Barrenetxea fue sencillamente esperpéntica. Quizá para él no hubiera sido trascendente el que un equipo usara métodos agresivos para parar al contrario, pero dado que él era el árbitro principal del encuentro, me resulta lamentable que no hiciera nada para atajar esto.
El que no viera cómo un jugador le estampaba su codo en el estómago de otro, o en las costillas, o los agarrones más típicos de acciones de balonmano, o los numerosos garrotazos...
Un jugador me comentó días después del encuentro: "en mis dos entradas a canasta eso sentí, miedo, pero no a que me taponaran, sino a que me lesionaran".

Y a pesar de semejante despropósito, pudimos haber ganado; debimos haber ganado. Esos errores en los tiros libres (algunos tirados con el brazo aún caliente por los garrotazos)..., ese cambio defensivo a destiempo..., esa excesiva mesura en el trato con el equipo arbitral... Demasiada mesura tal vez.

Despropósito hasta el final

Faltan 17 segundos para acabar el encuentro. Un jugador de Sustraiak pisa a uno de los nuestros, y no levanta el pie. Sí, el mismo jugador de las pataditas, el mismo que en el partido de ida, y perdiendo por más de veinte puntos le puso la zancadilla por detrás a uno de los nuestros, y le espetó que se tomaba la justicia por su mano. Sí, ese gran jugador, pero también innecesariamente marrullero dio un pisotón, al que nuestro jugador le respondió con una patada a la altura del tobillo. El jugador cae al suelo, uno de sus compañeros va a por el nuestro, salta gente del banquillo al campo, que empujan e insultan a nuestro jugador. Saltan algunos de nuestros jugadores al campo, no todos. Salta el delegado de Sustraiak quien agrede claramente a nuestro jugador, éste responde poniendo la mano y en esa acción le tira las gafas al suelo. Los árbitros están allí pero como si no estuvieran. Es el anotador quien intenta poner las cosas en su sitio y se lleva a los árbitros fuera del campo.

En los minutos que los arbitros permanecen fuera nuestro jugador, a pesar de todo lo ocurrido, se disculpa ante los jugadores contrarios. Entre éstos hay quien comenta que no pasa nada, que ya está olvidado. Nadie de Sustraiak se dirige a nuestro banquillo para disculparse, ni por esas acciones finales ni por su comportamiento durante el partido.

Vuelven los árbitros, el principal decreta las sanciones pertinentes; aunque en este caso son totalmente impertinentes, igual que su arbitraje durante 39 minutos, 43 segundos. Promulga la descalificación de nuestro jugador, la de uno de Sustraiak, y la de su delegado. Además sanciona con una técnica a cada banquillo por invasión del terreno de juego. Alucino. No sé si está de broma, no soy capaz de asimilar tanta y tan errónea información. Resulta que considera que la invasión de los jugadores de banquillo de Sustraiak, con insultos y empujones están justificados. No entiendo. Pero el partido se reanuda. Pese a todo, tenemos alguna opción final de empatar, pero no acertamos, y el partido se acaba.
Nuestro jugador se disculpa ante los árbitros.

Mi cara seguramente expresa incredulidad, impotencia, una creciente sensación de robo. Aún así trato de hacer autocrítica. Incluso en un momento como ese intento buscar mi responsabilidad, no la de los demás. Comprendo que podíamos y debíamos haber ganado, mas sigo llegando a la conclusión de que hemos sido robados en Trápaga.
Pero todavía no ha acabado el robo. Aún queda el informe arbitral...

La injusticia continúa

Leo el informe arbitral. Su redacción no es exquisita, pero eso ya me lo esperaba. Lo que me sorprende es su contenido. No es así como sucedió, no es eso todo lo que ocurrió, y alguno de los hechos que expresa, simplemente no ocurrió. Me parece increíble. Éste árbitro no solamente ha eludido su responsabilidad, que la ha tenido, en no parar un juego tan duro del equipo contrario, sino que además redacta este informe, que más que informar, desinformará al comité sancionador.
Pasa el tiempo y el comité vizcaíno no se reúne. Se toma vacaciones, pese a que el martes en que se suele reunir aún no ha comenzado la semana santa, que lo hará al día siguiente. Pasan los días y no hay sanción. Nuestro recurso está entregado pero nos toca esperar.
Semanas después por fin se reúne el comité, y dictamina que a nuestro jugador se le debe sancionar con 5 partidos. Asombroso, alucinante. Busco los artículos en los que se basa el fallo. Injusto.
Nuestro jugador tiene el atenuante de su disculpa y le caen 5 partidos, y al otro jugador de Sustraiak, otros 5. Considera el comité que el atenuante de ese jugador es la provocación. Sigo alucinando, no sé si me he tomado alguna sustancia psicotrópica, o es que no sé lo que estoy leyendo. Me froto los ojos. Su atenuante es que ha sido provocado, y eso que la patada de nuestro jugador no fue a él sino a otro. O sea, ¿le ha provocado telepáticamente? Inadmisible.
Al delegado, sin atenuante aparente, le caen 6 partidos; sólo uno más.

Hay gran indignación en el club. Hablo con el jugador y le expreso las posibilidades burocráticas que tenemos. Me responde que no haga nada, que lo deje estar. No cree que ningún recurso que hagamos sirva para algo. Lo dejamos estar. Ellos también lo dejan estar, porque no recibimos ninguna disculpa ni por parte de aquellos árbitros, ni del comité sancionador.

domingo, 14 de marzo de 2010

El día en que Iban dejó de ser rookie

Caja Laboral Parque 59 - Boskozaleak 40
Partido aparentemente fácil. En absoluto. Aunque defensivamente no nos crean especiales problemas, dado que dos jugadores anotan casi todos sus puntos, consiguen que nuestro ataque sea poco fluido durante todo el encuentro. Hasta el tercer cuarto no comenzamos a sacar cierta ventaja, que poco a poco se amplia hasta llegar a los últimos minutos de partido con cierto desahogo.
A pesar de la diferencia final, no tengo la sensación de haber jugado bien. Nuestro juego ha sido muy espeso, sobre todo teniendo en cuenta que hemos jugado en casa.

Iban se convierte en centenario del club. 100 encuentros de un enorme pundonor por mejorar, por ayudar al equipo, por hacerse un hueco en la rotación de juego. Un esfuerzo encomiable que le hace merecedor del respeto de todos. 100 partidos con los que deja ya muy atrás la etiqueta de "rookie".


Iban centenario


Jo ta ke

domingo, 7 de marzo de 2010

Una oportunidad perdida

Bilvending Txiki Askartza 79 - Caja Laboral Parque 76
Llegamos pronto al campo. No hay nadie, ni en el campo reglamentario ni en el frontón. Llega el árbitro, los jugadores de Askartza van llegando a cuentagotas, las canastas aún no están puestas en su sitio en el frontón. Llegan los jugadores de Askartza, y ponen las canastas en su lugar. Para entonces ya llevamos unos minutos calentando, mas no parece un calentamiento muy intenso, parece que estemos dormidos. No se presenta el anotador, por lo que tenemos que llevar el acta y el cronómetro entre los dos equipos.
Comienza el encuentro y se confirma la impresión del calentamiento, estamos aún dormidos, comenzamos encajando un parcial de 11-0. Respondemos con un 0-7, y de ahí al final del primer cuarto la igualdad se sucede.
En cualquier caso nuestra defensa es casi inexistente. Estamos mal colocados, y no somos suficientemente intensos. Además, el ataque de Askartza es tácticamente muy bueno.
Durante el segundo cuarto nos hacen otro parcial claro, y al descanso nos vamos 14 abajo.

El descanso no sirve más que para discutir sobre los errores, en lugar de buscar soluciones. En el tercer período, más de lo mismo, mal ataque, y mala defensa. Acabamos perdiendo de 18, que siendo realistas ya se antojan insuperables.
Pero la realidad del partido se difumina en el último cuarto, al igual que lo hace la amplia renta que nos saca Txiki. Una casta impresionante fue el factor clave que desarboló al equipo contrario, buenas lecturas del juego, y un gran acierto en el tiro. Con todo ello llegamos a ponernos por delante...
Un jugador importante en esta remontada es Raúl, quien entra encorajinado, cabreado, y sobre todo, on fire.
Llegamos al último minuto de partido "fundidos" por el enorme esfuerzo realizado, y un par de errores finales nos aleja de la victoria, la cual, pensando sólo en ese último cuarto, hubiera sido merecida.
Estamos cabreados y decepcionados por haber pifiado un partido así, pero nos hemos demostrado que podemos ganarles.