sábado, 23 de enero de 2010

Prudencia tras la victoria

Acaba el partido, tengo ganas de celebrarlo, una victoria en este campo me sabe muy, muy bien, y además la clasificación para el ascenso. Tengo motivos sobrados para alegrarme... Pero soy quizá excesivamente diplomático y me controlo para no expresar más que una sonrisa de satisfacción.
Me voy a un lado del campo y les pido a los jugadores que vengan. No sé cómo decírselo. Al final les espeto simplemente que estamos en fase de ascenso. Algunos se quedan flipados.

Tengo la certeza de que vamos a ascender, mas no quiero transmitir a los jugadores una excesiva confianza, con lo que me mantengo sereno sin mostrar alegría. Quizá me paso de prudente.

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